sábado, 2 de marzo de 2013

La representacion de David Olguin


La representación de David Olguín bajo la dirección Octavio Michel
Esta obra se sitúa en el estudio de un  personaje estremecedor por no usar otra palabra, actuado por Alfredo Herrera que lleva escribiendo 7 años una obra sobre su propia vida, periodo con el cual convive con su esposa, éste de negro, organizado al nivel de ser obsesivo en su orden.
En éste un baúl que contiene diversos objetos, la relación con su esposa es un infierno, para representarla contrata a una actriz actuada por Karina Díaz en la cual se confunde tanto la obra como su vida que envuelve a ambas protagonistas.
La sirvienta Denise Castillo juega un rol donde a su forma también representa a otra parte de Ana y él.
Desde la primera llamada, que son omitidas Freyre el escritor se prepara en el espacio con unas fotos.
Esta obra la escribió hace 30 años, donde se comienza a vislumbrar el tono que ahora vemos en el dramaturgo y director.
El juego es interesante más aún cuando una de las actrices no habla, el escenario evoca lo obsesivo, mientras Freyre pasa por una crisis encontrando en la sirvienta a una extraña  pareja sordomuda, juego de confusiones y emociones sobre un hombre  y el desdoblamiento de su esposa o tal vez de ella misma.
Sin duda aún vigente que nos lleva a una relación atormentada donde el dramaturgo busca purgarse de sus propios problemas, actuándose, reviviendo su propio infierno que lo lleva a un final estremecedor.
Una actuación compleja del actor masculino, que con crudeza, crueldad y sadismo de un hombre y su infierno personal que “comparte” con la sirvienta y Ana.
Esta puesta no apta para cardiacos o gente que reacciona ante emociones fuertes se presenta en La Gruta del Teatro Helénico los viernes a las 20.30 horas con temporada hasta principios de mayo, en Revolución 1500, para aquellos que se atrevan a asistir les garantizamos un trabajo excelente, fuerte, crudo y donde nos da la impresión de que quizás todo era una representación salida de su cabeza, no sabemos si las dos mujeres existieron o qué fue lo que paso, lo único cierto es que nos recuerda la crueldad de La Lección que vimos hace algunos años con Arturo Ríos.
Las transiciones limpias que nos permitían tomarnos un segundo para respirar después de cada escena, a lo mejor al  dramaturgo le gustó mucho Edgar Allan Poe ya que también le hemos visto Los Asesinos igual de fuerte.
En un teatro se puede oír cualquier ruido y hablando con la verdad el silencio era sepulcral lo cual nos habla de la atención de los ahí presentes.
Siempre hemos dicho que cada puesta merece toda nuestra atención, todavía por lo menos nosotros nos sorprendemos en cada puesta y nuestra mente está abierta.
Vale la pena atreverse a cruzar el umbral de este escritor con un manejo actoral increíble debido a lo difícil del personaje y qué decir de las actrices, sobre todo la que no habla, estos personajes nos gustan porque se ve la destreza para expresar por medio del lenguaje no verbal.
Les garantizamos que no pasará desapercibida en ningún momento, les podrá crear toda clase de sentimientos y manifestaciones hablando de nosotros, salimos simplemente pasmados.
Esther Zychlinski y Zvi Ziman
Marzo 2 del 2013

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