EL VACIO EXISTENCIAL Y LA
DEPRESIÓN DE LOS 30 EN MICRO DERMO ABRASIÓN
Por: Alejandro Laborie Elías
Para una gran parte de hombres y mujeres la juventud se termina cuando
se rebasan los 30 años de edad, cuando los seres humanos se enfrentan
al vació existencial y a la depresión, sobre todo si la forma de
pensar está fundamentada en el pesimismo, tema central del texto
dramático Micro dermo abrasión, de Pablo Iván García, que le mereció
el Premio Bellas Artes Mexicali de Dramaturgia 2010.
En concreto, Javier y Sonia se conocen en una clínica dermatológica,
de ahí se desprende el título de la obra –tratamiento médico y
estético-, y ambos ya treintones inician una relación que no tiene
mayores posibilidades. Ella retorna a su vida normal y el cae en la
desesperación por encontrar una pareja con la cual salir adelante en
su vida sentimental. Sin embargo, la búsqueda se prolonga
indefinidamente, lo que lo lleva a un sinnúmero de encuentros con
otro sinnúmero de mujeres que van fracasando uno a uno y el vacío
existencial y la depresión van creciendo.
Pablo Iván se aparta de los convencionalismos y propone un texto
arriesgado con relación a su estructura, que se aproxima más a un
guión cinematográfico que a una obra de teatro. Escenas breves,
aparición y desaparición de personajes, viñetas que sólo representan
estados de ánimo, las anécdotas quedan al margen, sólo proporcionan
alguna información para entender la psique de cada uno de los
desesperados en busca del amor, la compresión y el reconocimiento de
ser alguien, en particular en el caso de Javier.
Texto de actualidad, reflejo de un presente donde los sistemas de
comunicación son impresionantes e imprescindibles y sin embargo la
gente está sola, aislada, porque no hay tecnología que supla al amor
como la expresión humana más sublime. Personajes femeninos de las más
diversas condiciones sociales y culturales, que finalmente reflejan
que la desesperación y frustración no es cuestión de dinero y cultura;
misma fatalidad para hombres y mujeres, al menos desde la perspectiva
de Pablo Iván.
La dirección corre a cargo de Lila Avilés, quien, se puede suponer,
al tener en sus manos un texto “diferente” buscó una propuesta bajo
las mismas condiciones. Si bien ya se mencionó que el dramaturgo asume
escenas inmediatas y rápidas, la directora lleva esto al abuso y hay
un exceso de movimiento escénico que ensucia el montaje y por momentos
los actores están más preocupados y ocupados en “acomodar la
escenografía”, que en la caracterización de los personajes.
Lo que se le debe reconocer a Lila es que para los diferentes
personajes que representan dos de sus actrices no haya recurrido al
disfraz y si al trabajo actoral de su elenco, conformado por Fernando
González, Mariel Rodríguez, Aura Colín y Natalia Nallino, quienes se
entregan en cuerpo y alma, sin dejar de reconocer que los cuatro
tienen muchas deficiencias actorales.
Lo que en verdad asombra, porque en parte es un desastre y al mismo
tiempo, por contradictorio que parezca, ingeniosa en algunas escenas,
es la escenografía de la propia Lila y Edmundo Vaca. Un espacio
inundado por cajas de cartón sin ton ni son, cuya semiótica es difícil
de entender y por otro lado, esas mismas cajas se convierten a la
vista del espectador en objetos que dan lustre a al montaje. La
iluminación sin pena ni gloria.
Micro dermo abrasión, una excelente oportunidad para incursionar en
el conocimiento y apreciación de los jóvenes dramaturgos mexicanos, en
este caso de Pablo Iván García, se representa en el Teatro La Capilla,
de la Ciudad de México, los lunes a las 20:00 horas.
Mayo 2012
Por: Alejandro Laborie Elías
Para una gran parte de hombres y mujeres la juventud se termina cuando
se rebasan los 30 años de edad, cuando los seres humanos se enfrentan
al vació existencial y a la depresión, sobre todo si la forma de
pensar está fundamentada en el pesimismo, tema central del texto
dramático Micro dermo abrasión, de Pablo Iván García, que le mereció
el Premio Bellas Artes Mexicali de Dramaturgia 2010.
En concreto, Javier y Sonia se conocen en una clínica dermatológica,
de ahí se desprende el título de la obra –tratamiento médico y
estético-, y ambos ya treintones inician una relación que no tiene
mayores posibilidades. Ella retorna a su vida normal y el cae en la
desesperación por encontrar una pareja con la cual salir adelante en
su vida sentimental. Sin embargo, la búsqueda se prolonga
indefinidamente, lo que lo lleva a un sinnúmero de encuentros con
otro sinnúmero de mujeres que van fracasando uno a uno y el vacío
existencial y la depresión van creciendo.
Pablo Iván se aparta de los convencionalismos y propone un texto
arriesgado con relación a su estructura, que se aproxima más a un
guión cinematográfico que a una obra de teatro. Escenas breves,
aparición y desaparición de personajes, viñetas que sólo representan
estados de ánimo, las anécdotas quedan al margen, sólo proporcionan
alguna información para entender la psique de cada uno de los
desesperados en busca del amor, la compresión y el reconocimiento de
ser alguien, en particular en el caso de Javier.
Texto de actualidad, reflejo de un presente donde los sistemas de
comunicación son impresionantes e imprescindibles y sin embargo la
gente está sola, aislada, porque no hay tecnología que supla al amor
como la expresión humana más sublime. Personajes femeninos de las más
diversas condiciones sociales y culturales, que finalmente reflejan
que la desesperación y frustración no es cuestión de dinero y cultura;
misma fatalidad para hombres y mujeres, al menos desde la perspectiva
de Pablo Iván.
La dirección corre a cargo de Lila Avilés, quien, se puede suponer,
al tener en sus manos un texto “diferente” buscó una propuesta bajo
las mismas condiciones. Si bien ya se mencionó que el dramaturgo asume
escenas inmediatas y rápidas, la directora lleva esto al abuso y hay
un exceso de movimiento escénico que ensucia el montaje y por momentos
los actores están más preocupados y ocupados en “acomodar la
escenografía”, que en la caracterización de los personajes.
Lo que se le debe reconocer a Lila es que para los diferentes
personajes que representan dos de sus actrices no haya recurrido al
disfraz y si al trabajo actoral de su elenco, conformado por Fernando
González, Mariel Rodríguez, Aura Colín y Natalia Nallino, quienes se
entregan en cuerpo y alma, sin dejar de reconocer que los cuatro
tienen muchas deficiencias actorales.
Lo que en verdad asombra, porque en parte es un desastre y al mismo
tiempo, por contradictorio que parezca, ingeniosa en algunas escenas,
es la escenografía de la propia Lila y Edmundo Vaca. Un espacio
inundado por cajas de cartón sin ton ni son, cuya semiótica es difícil
de entender y por otro lado, esas mismas cajas se convierten a la
vista del espectador en objetos que dan lustre a al montaje. La
iluminación sin pena ni gloria.
Micro dermo abrasión, una excelente oportunidad para incursionar en
el conocimiento y apreciación de los jóvenes dramaturgos mexicanos, en
este caso de Pablo Iván García, se representa en el Teatro La Capilla,
de la Ciudad de México, los lunes a las 20:00 horas.
Mayo 2012
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