jueves, 4 de julio de 2013

Trio sin Simone fotos del face Trio sin simone

Trío sin Simone de Kristo Sagor, dirección de Irina González y traducción de Claudia Cabrera
“No fui yo, así que debió ser uno de los otros”
En el Centro Cultural Carretera 45 Teatro en Juan Lucas Lassaga 122, Co. Obrera cerca del metro San Antonio Abad se presenta esta fuertísima obra los lunes y martes a las 19.00 horas del 10 de junio al 16 de junio, con  Ricardo Cortés, Emiliano Yáñez de la Mora, Carlos López Tavera.
Uno de los grupos más pujantes es Carretera 45, conocida antes como Alborde Teatro, comenzó hace pocos años; ahora es un referente.  Su calidad en dramaturgia le han permitido estar presentes en importantes foros y festivales.
Además cuenta con Antonio Zúñiga que además es un muy buen dramaturgo, tratando temas muy difíciles en muchos casos porque la mayoría de este grupo viene de partes de la República del Norte donde la violencia siempre ha sido noticia, aunque algunos ya viven en el Distrito Federal, tuvimos el placer de conocerlos cuando empezaban en el Foro Shakespeare en el Foro Alternativo que es un pequeño cuarto donde entran muy pocas personas con dos obras de Chejov, de ahí  se han levantado con muy gratas sorpresas.
Reciéntemente abrieron su foro, donde además de que se presenta esta obra de Kristo Sgor hay talleres y le han abierto sus puertas a otros grupos con sus trabajos, lo cual nos habla de un foro que trabaja   de lunes a domingo, incluyendo programación infantil,
Esta obra con solo dos funciones hasta ahora nos cuenta la historia de una violación donde tres actores en el Centro Cultural Carretera 45 bajo la dirección de Irina González nos cuentan las razones y sin-razones del a violación de Simone.
Los tres sospechosos en una sala de espera comentan en torno al hecho delictivo, mientras esperan ver al director de la escuela, ahí en ese lapso se narran algunos de los pormenores, la confrontación entre los tres probables acusados, mientras buscan un chivo expiatorio.
Tres caracteres totalmente diferente donde sale a relucir la vida de cada uno de ellos y sus relaciones con sus seres más cercanos, con mucha violencia y un humor muy negro donde las sillas de plástico juegan un papel muy importante con un trato bastante brusco en algunos momentos, además de marcar el cambio de cuadro.
Sin importar lo que ocurra con ellos y de todas las confesiones que ahí son dichas, vemos sin embargo que sin importar lo que se hubiera dicho adentro, siempre se interesan por lo ocurrido con el director, que por cierto solo está representado por un silla y un actor en uno de los extremos del pequeño escenario, donde el público está muy cerca de los actores, es cuando se puede sentir hasta la respiración.
Al final la muchacha tiene una actitud que quizás hemos visto en muchos casos, este personaje al cual no hemos sabido cómo llamarlo a pesar de haber preguntado a varios es el eje de la obra sin estar presentes, estos personajes resultan muy interesantes y más cuando en este caso los actores hacen que podamos imaginarla no solo a ella sino a todos los demás mencionados.
Una pieza íntima en un teatro íntimo donde en todos los sentidos, incluyendo a las sillas como se dijo arriba son un rol central ayudando a entenderla mejor.
Los invitamos a apoyar este tipo de pequeños teatros con propuestas tan diversas e interesantes con público para todos los gustos, un trabajo muy bien hecho con actores que lograron convencernos con sus personajes además de una reflexión sobre los jóvenes y cómo actúan.
Esther Zychlinski y Zvi Ziman

Julio 4 del 2013


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