lunes, 20 de agosto de 2012

El rey se muere


El rey se muere de Eugéne Ionesco, dirección y espacio escénico Juliana Faesler y Clarissa Malheiros



“Una realidad que se agrieta, ya no tenemos tiempo de perder el tiempo.  Se acabó.  Nos quedan algunos instantes para hacer lo que habría debido hacerse durante años y años y años.”

La máquina del tiempo



Un escenario donde los actores: Natyeli Flores, María Sandoval, Roldán Ramírez, Pablo Chemor tocando el piano y haciendo de narrador en algunos momentos así como todos los demás actores en algún momento y Catalina Pereda también cantante, están sentados sobre unos botes que junto con un cuadro que a veces hace la función de una mesa,  se están acabando de arreglar, esto es desde la primera llamada, todos los elementos escénicos se encuentran dentro de estos botes.



En la tercera llamada Pablo Chemor empieza a presentar a los actores con sus personajes que les toca actuar, quienes empiezan a sacar el vestuario de sus botes, dos reinas, la actual y la anterior, un doctor y verdugo, la enfermera y muchacha del castillo, al final sale el rey maravillosamente actuado por Clarissa Malheiros.



La historia tiene como tema principal la inminente muerte del rey, una de las reinas debe decirle que le queda una hora y minutos de vida, por lo cual la última reina y culpable de que el rey haya descuidado su reino se la pasa llorando todo el tiempo.  El rey aparece y es informado no lo cree, piensa que va a morir cuando él decida, sin embargo a lo largo de la puesta empieza a actuar como cuando se entra en un delirio, lo qué ocurre hasta que él fallece.



Yo dividiría la obra en dos partes aunque no tiene intermedios, la primera cuando fallece y la segunda cuando nos da una lección de un monólogo bellísima sobre la irreverencia de la vida, sobre la muerte, llegando a la conclusión de que ya no es necesario preocuparse de nada, llegando al grado inclusive de quitarse la corona.



Lo mismo ocurre  cuando los otros actores se van alejando del rey, quitándose todo el vestuario de sus personajes  y volviendo a ser los actores solamente, para volverse testigos de la reflexión sentados sobre los botes, mismos que son movidos por los actores junto con unas actuaciones dignas de alabarse así como de un teatro del cuerpo que nos habla de una gran preparación.



La primera parte con un humor muy negro pero divertido, no por eso con reflexiones muy profundas por  parte de todos los personajes incluyendo al rey donde salen a relucir todos los capítulos de su vida, incluyendo lo bueno y lo malo, lo que hizo y lo que dejo de hacer, lo que sentía al ver que el tiempo se le iba y tenía cosas pendientes, la negación a morirse tratando de hacer cosas como si estuviera sano con situaciones muy cómicas pero a su vez como tratarse de mantenerse parado con su bastón, el cual también tuvo otros usos, acabando finalmente en una silla de ruedas que manejaba ella misma con una gran maestría, aprovechando todo el escenario, mismo que fue agrandado por necesidades de la obra, quitando butaquería al teatro.



El uso de luces marcando claramente cada escena, el aprovechamiento del espacio escénico que fue agrandado, quitándole butacas y algunas filas como menciono arriba.

Se habla de un rey tirano, de la liberación de los espectros, catástrofes, el poder, se habla de metafísica, corrupción y delirio.  Un teatro sobre el pensamiento y las ideas, se adopta la palabra, movimientos con gestos, se investiga la imagen, interdisciplinaria porque nos dejamos intervenir por todo lo que nos rodea.



Estoy pasando por una situación de salud muy peculiar donde se involucra una enfermedad y una operación quirúrgica próxima a  ocurrir, durante la misma la puesta  ocurrieron muchas cosas e n mi mente, como mi vida con una reflexión de lo qué he hecho y lo que he dejado de hacer, en un momento  del monólogo el rey dice “que todo llega, ocurre cuando debe ocurrir y cómo debe pasar en el momento adecuado”, salí del ensayo porque eso fue pensativa, introspectiva, aislándome de los demás en cierto momento de los demás espectadores, metiéndome en mi propia vida.



Quizás cada espectador de esta obra que se presenta en el Teatro El Galeón del Centro Cultural del Bosque del 18 de agosto al 23 de septiembre los jueves y viernes a las 20.00 horas, sábados a las 19.00 y domingos a las 18.00 horas saque sus propias conclusiones, lo único cierto es que en su duración de mas de una hora sin intermedio no pasará inadvertida, además de contar con algunos números musicales.



Esther Zychlinski

Agosto 20 del 2012




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