Civilizacion por Alejandro Laborie

HÉCTOR BONILLA Y JUAN CARLOS VIVES, PROTAGONISTAS DE CIVILIZACIÓN, DEVELARON PLACA DE FIN DE TEMPORADA EN CENTRO CULTURAL UNIVERSITARIO

Por: Alejandro Laborie Elías

La corrupción que se da entre los funcionarios públicos y los miembros de la sociedad civil quedó plasmada en la obra Civilización, de Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio, protagonizada por Héctor Bonilla y Juan Carlos Vives, cuya temporada concluyó en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz, de la Universidad Nacional Autónoma de México, con la develación de placa que tuvo como padrinos a Ignacio López Tarso y Boris Schoemann.

  Un presidente municipal de una ciudad colonial, se ve presionado por un pariente para que le autorice la construcción de un edificio de 20 pisos, que rompe por completo con la arquitectura del lugar.

La corrupción queda al descubierto y cada uno de los involucrados, inclusive funcionarios menores, velan por sus intereses sin importar que la UNESCO haya declarado la plaza como parte del patrimonio cultural del mundo.

         LEGOM, como se le conoce en el ambiente teatral al dramaturgo, es directo, no hay conclusiones de carácter moral, abierta y llanamente toma el teatro como un vehículo de denuncia de una realidad que todos sabemos paro que todos ignoramos.

         El humos álgido, el sarcasmo y la hilaridad en general son los soportes del texto, que reafirma que los mexicano somos increíbles para reírnos de nosotros mismos, aún cuando esa risa sea producto de las aberraciones de los políticos en detrimento del país y por consecuencia de sus habitantes.

         Las actuaciones de Bonilla y Vives son de lo más sobresaliente, sin embargo es Juan Carlos el más destacado aunque Héctor sea el más famoso. Completaron el reparto Mauricio Isaac y Salvador Velásquez, bajo la dirección de Alberto Lomnitz y diseño de escenografía de Edyta

Rzewuska.

         Cabe destacar que López Tarso arremetió contra la Dirección de Teatro de la UNAM, encabezada actualmente por Enrique Singer, criticando que sus teatros no tengan la butaquería numerada y una falta de criterio para cortar las temporadas cuando las puestas en escena tiene éxito de taquilla, sin embargo en forma simpática concluyó con su agradecimiento por la reciente temporada que protagonizó en La Tempestad, de Shakespeare, en uno de los recintos de la máxima casa de estudios.

         Es de esperarse y desearse que esta obra encuentre otro espacio y el público que no pudo gozar Civilización, tenga la oportunidad de disfrutarla, a pesar de que sea por adentrarse en la corrupción que caracteriza a nuestros políticos.

Febrero 2012

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Alejandro Laborie Elías